Eugen Doga: "Me alegro de estar aquí en esta escena histórica porque aquí sonaban las voces de nuestros clásicos: Eminescu, Micle..." 19.05.2017

Este año fue declarado el año de Eugen Doga. Y este año, nuestro compositor nacional y universal, Eugen Doga, finalmente llegó a casa de Mihai Eminescu, Ion Creange y Verónica Micle. El 13 de mayo él Maestro dio un extraordinario concierto dedicado a su 80 aniversario en la sala más hermosa del Teatro Naciona Vasile Alexandri en la histórica capital de Moldava, Iasi.

El día anterior, conquistó los corazones de los amantes de todo lo bello y majestuoso en Botosani, donde tuvo lugar el mismo concierto. Y en Iasi el Maestro ofreció al público un concierto festivo "Diálogos de amor" sobre los poemas de poetas Mihai Eminescu y Verónica Micle, con la participación de la Orquesta Sinfónica Regal d'Art bajo la dirección del conductor Marius Hristesku y el famoso presentador de Bucares Octavian Ursulesku.

Haber llegado a la ciudad de Eminescu en su año 80 de vida, el Maestro Eugen Doga conquistó el público sofisticado, el cual se lo agradeció con largos aplausos y ovaciones.

"Para mí, la escena hoy es una gran felicidad, una necesidad, una parte de mi vida." Siempre salgo al escenario como si fuera una reunión con la gente más querida, con mis admiradores, con mis nuevos amigos. Estoy feliz de estar aquí en esta escena porque es una escena histórica para todos nosotros, porque aquí oigo las voces de nuestros clásicos: Eminescu, Micle, Creage, Caragiale. ¡Cuántas celebridades y tesoros de arte han estado en esta escena! Ellos han creado este espíritu, este tesoro espiritual que hemos heredado y estamos tratando de preservar porque nos hace más nobles, más bonitos, más felices, diría yo, más sedientos, más enamorados de la vida", contestó el Maestro Eugen Doga al continuo aplauso de los espectadores.

El público fue invitado al vestíbulo del teatro, donde pudieron ver un baile al famoso vals de "Mi tierna y dulce bestia", una de las obras musicales más conocidas del siglo XX.

Y luego hubo una sesión sin fin de autógrafos y de fotos con el Maestro. La gente sonreía,  y él era feliz, porque para el artista Eugen Doga es la recompensa más grande; toda la vida crea con la fe en quela confianza y el amor del público son lo más importante.